Mientras que algunos afirman que la película Bichos: Una aventura en miniatura, es una película antisistema, ya que hace una crítica a la opresión y la explotación; otros simplemente señalan una lectura sobreideologizada del film. Es ampliamente sabido que la ideología es algo inevitable y que se plasma en los productos culturales que hacen las personas. Si una persona racista hace una película, es posible notar elementos racistas en su cinta, aunque éste no haya tenido la intención de transmitirlos. Por tanto, a continuación realizaré un análisis del contenido político e ideológico del film, buscando narrar los acontecimiento desde una perspectiva del socialismo científico (o marxismo). Para esto, obviare por el momento la similitud entre esta película con el film Los siete samuráis, del legendario director japonés Akira Kurosawa.

¿De qué se trata la película? Para los que no lo recuerdan, el film es la historia del típico individuo que no encaja ni en la sociedad ni en el sistema. El protagonista podría vivir como un marginado toda su vida, pero entonces, surge la posibilidad de validarse ante todos: un enemigo que oprime a la comunidad y él es el único que decide enfrentarlo, sólo al vencerle se ganará el respeto y estimación de su comunidad.

La comunidad es una colonia de hormigas dividida en tres estratos sociales. Primero está la élite, representada en la hormiga reina y sus hijas; una forma de gobierno local monárquico. En segundo lugar vienen las hormigas administradoras: las trabajadoras de mayor rango, que legitiman y respaldan a la realeza; y en último lugar, la clase trabajadora, las hormigas comunes que trabajan en recolección de alimentos. Esta última se podría definir como una clase campesina, dedicadas principalmente a la cosecha.

Con esta descripción, podemos contextualizar la historia en una sociedad post feudal y quizás pre industrial. Esto por la economía limitada a la cosecha, una jerarquía pre establecida y un tímido surgimiento del pensamiento individualista. El pensamiento colectivo es enormemente fuerte. Por otra parte, en este sistema estratificado, ninguna hormiga puede ascender socialmente. Lo más probable es que las hormigas comunes sólo puedan alcanzar el rango de administradoras si muestran eficiencia y lealtad a la corona.

El protagonista es Flik, una ingeniosa hormiga que representa todo el potencial innovador de la clase trabajadora. Su potencial es limitado e incomprendido por la burocracia y el statu quo de una sociedad jerarquizada y tradicional. Como mencionamos antes, Flik representa también la crisis y la nueva epopeya de nuestros tiempos: la lucha del individuo que no encaja en la sociedad y que no quiere simplemente integrarse, quiere transformarla. El antiguo modelo no es capaz de contener su espíritu.

Pronto surge la crisis que da la oportunidad al protagonista, no sólo de encajar y validarse ante la comunidad, sino también de cambiar el presente estado de las cosas. El enemigo que Flik enfrentaría sería una banda de saltamontes, la que tenía sometida a tributo a la colonia de hormigas; similar a lo que realizaron diferentes imperios y reinos que ejercían un dominio territorial y económico. En la antigüedad dominar por medio del tributo, la ciudad sometida debía pagar cierta suma en especias o dinero al invasor, y éste les permitía organizarse como quisiesen.

Llegado el tiempo del pago del tributo, que era en granos y vegetales, el protagonista comete un descuido y provoca que se pierda toda la cosecha apartada para los saltamontes. Esto causa una presión aún mayor sobre las hormigas y provoca el exilio de Flik, que parte con la misión de encontrar ayuda. Pero este tipo de crisis son las que aceleran los procesos históricos. Cuando la explotación hacia la clase trabajadora aumenta, el descontento y la angustia también aumentan, y buscan válvulas de escape; es allí donde estallan las revoluciones. La utopía se vuelve más realista que la propia realidad.

Los saltamontes son los villanos de la película, más que representar a una banda de asaltantes, representan una clase dominante que cruza las fronteras. Una nación extranjera que somete económicamente a otra nación, un colonialismo tradicional o un imperialismo económico moderno. La brillantez de los saltamontes es encarnado en su líder, Hopper, que realiza un discurso que muchos recordamos:

si una hormiga se rebela contra nosotros, les aseguro que todas lo harán pronto. Esas hormigas ridículas nos superan en número de cien a uno, y si llegarán a averiguarlo… ¡Adiós a nuestro estilo de vida! No es por la comida, es para mantenerlas alineadas”

En esta línea, Hopper demuestra tener gran claridad política, ya que no actúa reaccionando a lo que sucede, sino que actúa previendo lo que podría ocurrir. Ve más allá del objetivo a corto plazo, él busca mantener el statu quo; y entiende que para dominar, no puede dominar sólo por la fuerza, sino también por medio de símbolos. Es por eso que no pasa por alto la rebelión de Flik, cuando éste sale del grupo para proteger a la pequeña hija de la Reina.

Realmente debemos apreciar la inteligencia diplomática y política de Hopper. No es un enemigo salvaje e ignorante, toma decisiones de forma fría y calculadora. Cuando llegan por primera vez a la colonia, y ven que no está su cosecha, va directamente contra las autoridades, no pierde tiempo amedrentando a las hormigas comunes. Sabe que al humillar a la élite, humilla en consecuencia a sus súbditos. No desprestigia completamente ni busca aniquilar a las hormigas gobernantes, sabe que le son útil para mantener a la colonia en orden, y en consecuencia, garantiza el estilo de vida de los saltamontes. La élite está muy atemorizada y están bajo control, por eso se percata de la amenaza que significa una hormiga campesina rebelándose. La enormidad de la colonia no podía controlarse con tanta facilidad.

Ante una situación de opresión insoportable y una burguesía inoperante, totalmente sometida a la burguesía extranjera, la tímida rebelión de Flik señalaba la válvula de escape. Las hormigas de la élite estaban acobardadas, pero no así todas las trabajadoras: allí había germinado un nuevo líder. Un alzamiento de las hormigas comunes destronaría a la pasiva clase burguesa que perpetuaba pasivamente esa dominación. Las mismas hormigas trabajadoras liderarían la rebelión contra los saltamontes. Esto era lo que temía Hopper, temía al potencial radical y revolucionario de las hormigas comunes.

Ante el inminente retorno de Hopper, las hormigas se organizan y traman una estrategia para espantar a los invasores extranjeros, con ayuda, irónicamente, de más extranjeros, una especie de extravagantes voluntarios internacionales. Similar al caso de descolonización de Chile, en que para expulsar a los españoles y enfrentar una inminente reconquista del Imperio, recibieron refuerzos de Argentina. Estos voluntarios pertenecían al mundo bohemio, una mezcla del mundo del arte, lo que los acercaba a la burguesía, pero con precarias condiciones de vida que los acercaba mucho a la clase trabajadora. Además, eran un grupo interracial. Y aunque en un principio confundieron los objetivos y no querían apoyar esta revuelta, finalmente deciden sumarse a la causa de las hormigas.

El plan original de las hormigas fracasa. Habían ideado construir un pájaro que espantaría a los saltamontes, pero la treta es descubierta y el líder de la revuelta, es capturado para ser aniquilado. En este momento de desesperación, Filk recita el segundo discurso más recordado de la película.

Si el primer discurso de Hopper rebeló su claridad política como antagonista, el discurso de Flik antes del enfrentamiento final, rebeló la propia claridad y radicalidad de las hormigas trabajadoras:

“Nosotras no nacimos para servir a los saltamontes, estas hormigas han logrado grandes cosas, y año tras año, se las han arreglado para cosechar comida para ellas y para ustedes ¿cuál? ¿Cuál es la especie más débil? ¡No tenemos porqué servirles! ¡Ustedes nos necesitan! somos más fuertes de lo que ustedes creen, y te consta, ¿no es cierto?

Cuando la revuelta parecía fracasar, nos damos cuenta de que en realidad sólo había comenzado. El triunfo verdadero fue cambiar la mentalidad de servidumbre de una clase trabajadora. El discurso de Filk fue una especie de manifiesto que bastó para despertar la conciencia de todas las hormigas presentes. Él ya no es quien encarna esta revolución, toda la colonia de hormigas lo hace. Ahora ellas se mostraban dispuestas a luchar, e incluso la burguesía nacional fue arrastrada por este impulso revolucionario y apoyó este liderazgo revolucionario. De esta forma, los saltamontes son derrotados de forma absoluta y expulsados del territorio.

Pero erraríamos en creer que Flik es un revolucionario con todas sus letras. En cambio, lo correcto sería afirmar que no fue un simple reformista o un potencial revolucionario que fue cooptado por el sistema. ¿Por qué? Porque Filk realiza una alianza estratégica con la monarquía local, para unificar a todas las hormigas contra los extranjeros. Pero en verdad, él nunca busca cambiar radical el sistema, sólo busca expulsar a los invasores. Filk no cuestiona el sistema interno de dominación, su modelo de revolución es nacionalista e independentista; por eso crea alianza sin problemas con las hormigas de la élite, y no busca socavar su poder.

¿Y cómo evolucionaría la situación política tras el final de la película? En la escena final vemos que las hormigas han implementado los inventos de Flik en la cosecha, por lo que aumenta la producción. A esto se suma, que ya no tienen una nación extranjera succionando sus recursos, por lo que la producción que queda para ellos aumenta aún más. Entonces, tenemos un gran incremento de capital, el desarrollo pre industrial se acelera para convertirse quizás en un modelo industrial, mientras que permanece el mismo sistema jerárquico de dominación monárquico.

Con estas premisas, podríamos proyectar un oscuro escenario, donde la clase dominante ha cooptado a Flik, se han enriquecido y la brecha de desigualdad se ha agigantado. Flik dejó ya de ser un revolucionario, para ser parte de la élite dominante, y el talante rebelde que las hormigas mostraron anteriormente, quedó recordado como una anécdota, como una muestra de lealtad a la patria y la corona, pero no fue traducido como una acción política por ellas mismas. Es posible que la película Ants de Dreamworks, pueda entenderse como una secuela, a pesar de que son de estudios diferentes.

Bichos contiene un discurso patriota y reformista, que señala como enemigo a la potencia extranjera, pero no señala ningún enemigo interno. Y más importante aún, no cuestiona las jerarquías de dominación pre establecidas como la monarquía. Ésta es dada por sentado y legitimada. Es decir, no hay en realidad una lucha de clases, y ésta es la tesis principal del marxismo. Lo que hay es lucha de naciones y de razas. Un discurso que perfectamente podría encajar con un nacionalismo. Hasta se podría establecer nexos con la historia de la independencia de los Estados Unidos de la corona inglesa, que se enriquecía a costa de las colonias al otro lado del atlántico. Finalmente, Bichos no es propaganda marxista ni narra una verdadera revolución, es una revolución proto burguesa y de la monarquía local.